Del dicho al hecho… ¿o mejor al resultado?


En muchas ocasiones se plantea el «basta de palabras, pasemos a la acción», ¿Cuánto tiempo hay para pasar del dicho al hecho? ¿tiene algún sentido plantear «pasemos a la acción»? ¿o lo que estamos queriendo decir es obtengamos resultados? .

Es muy frecuente escuchar el llamamiento a pasar a la acción, ¿tiene esto sentido? En muchos casos no lo tiene, depende de qué se trate, si se trata de una meta del trimestre entonces yo diría que la acción debe ser inmediata, es más, lo mejor en estos casos es que el hecho y la acción vengan antes que las palabras. En estos casos es mucho mejor un hice que un voy a hacer. La acción y el resultado están muy cerca uno del otro, van de la mano.

Ahora, ¿qué sucede cuando el objetivo es a largo plazo? Como por ejemplo los objetivos de desarrollo sustentable donde estamos hablando de años o décadas. Aquí es donde quiero concentrarme, ¿cuánto tiempo hay para un resultado concreto en la reducción de la huella de carbono o para la eliminación del hambre y la pobreza? ¿tiene sentido aquí medir cuán rápidamente ejecutamos las acciones? Por ejemplo, si nos detenemos por un momento en las metas y medidas asociadas al cambio climático, donde todas las instituciones tienen un rol relevante incluidas por supuesto las corporaciones, y revisamos el Acuerdo de París, podemos entrar en tema… sin duda alguna hablar (o escribir o comunicar en general) es actuar, en el preciso momento en el que declaramos una meta o una intención, el mundo y la realidad comienzan a cambiar, esto ya desafía mi declaración inicial dado que el Dicho ya es un Hecho por lo que mejor pasemos a la segunda parte de mi declaración, el resultado.

Hay palabras que conducen a resultados muy rápidamente pero hay palabras y declaraciones que necesitan mucho más que eso para la obtención de resultados, se necesitan otras acciones además de la acción de la palabra, la escritura o la comunicación en general, por lo tanto me gustaría cambiar el desafío inicial a “Del dicho al resultado…” El resultado es crucial, por lo que en cualquier programa, sobre todo de mediano y largo plazo, creo que el progreso del mismo no debe ser medido por el progreso en la ejecución de las acciones o en términos porcentuales de acciones completadas sino que debe ser medido por el progreso porcentual en la consecución de los objetivos… en otras palabras, del dicho al resultado


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